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Review. Lorelei and the Laser Eyes

La naturaleza enigmática de la historia hace que sea difícil, al menos por el momento, esbozar una imagen clara y comprensible en todos sus matices, pero no está de más intentarlo: en el papel de una mujer misteriosa, se nos invita a visitar una villa ubicada en Europa Central. Desde los primeros minutos del juego, Lorelei y los ojos láser saca a relucir algunas de las preguntas que nos acompañarán a lo largo de su duración, unas cuarenta y siete horas: ¿quién es la mujer? ¿Cuál es nuestra tarea? ¿Por qué nos convocaron? ¿Por qué la mansión está llena de acertijos de todo tipo? Ya sea que lo mires desde una perspectiva lúdica o narratológica, la aventura aparece inmediatamente como un intrincado laberinto sin fin: cada vez que creemos que nos estamos acercando a la verdad, el juego se bifurca en varias direcciones, dando lugar a más preguntas que respuestas.

Intenta imaginar una esfera cubierta con dos capas: una vez retirada, aparecen cuatro, luego ocho, y así sucesivamente. Al final tendrás en tus manos muchas piezas pequeñas que, si se observan individualmente, no te dirán nada útil, pero si se vuelven a montar en un orden determinado adquirirán un significado preciso. También está lo que podríamos definir como una dimensión lynchiana, no tanto por un imaginario atribuible -aunque en pequeña parte- a obras como Twin Peaks, sino por el papel que juega lo siniestro en la vida cotidiana: espejos que conducen a dimensiones paralelas, donde las leyes de la realidad pierden su sentido, la continua distorsión de las coordenadas espaciotemporales, el triunfo de lo abstracto sobre lo discursivo. Llegados a este punto, está claro que cualquier intento de trazar límites narrativos puede llevar a una serie de banalizaciones que Lorelei y los ojos láser no merecen, pero seamos claros: no nos escondemos detrás de un dedo. Creemos, en todo caso, que el valor de una obra también se configura gracias a los discursos que giran en torno a ella y a su evolución a lo largo del tiempo.

Según Simogo, de hecho, los rompecabezas de Lorelei and the Laser Eyes están estructurados de tal manera que tienen diferentes soluciones para cada juego, una elección de diseño elegante que llevará a los usuarios a establecer un diálogo constructivo en lugar de un intercambio estéril de resoluciones. El escenario del juego consta de unos ciento cincuenta puzles, algunos de los cuales están interconectados entre sí: para resolver uno es posible que primero tengas que completar otro, tal vez para tener la clave necesaria para poder resolver un tercer puzle. Las conexiones entre los puzles no siempre son evidentes, y no es raro dejar de lado un par de ellos a la espera de que la solución aparezca ante nuestros ojos. Salvo en casos esporádicos, el juego nunca nos obligará a resolver los puzles según un orden predeterminado. En función de la información que tengamos y del nivel de conciencia que hayamos alcanzado, decidiremos en qué centrarnos. Ya sea que se trate de acertijos matemáticos, lógicos y demás, el nivel de desafío nos pareció razonable, aunque algunas soluciones pondrán a prueba incluso a los expertos en el género.

Para ayudarnos a entender los acertijos encontramos una serie de documentos coleccionables divididos por temas y tipologías: libros sobre las fases de la luna, gramática latina, números romanos, guiones, interrogatorios, entrevistas, carteles, etc. Estos documentos jugarán un papel importante en la resolución de los acertijos, y la información contenida en ellos puede ser útil en más de una ocasión. También tendremos una lista de tareas pendientes en la que se enumerarán todos los acertijos descubiertos hasta el momento. Consultar esta lista resultó ser de suma importancia, especialmente cuando no sabíamos qué hacer o a dónde ir. Hay un neologismo que, por terrible que suene, nos ayuda a definir la experiencia: metroidbrainia. Si en los metroidvanias la exploración viene dictada por el tipo de habilidad y/u objeto que poseemos, en metroidbrainia es la información la que se convierte en la llave de acceso: Outer Wilds, The Witness (aquí está la reseña de The Witness), Tunic y muchos otros son atribuibles a lo que es a todos los efectos un subgénero de los metroidvanias.

Resolver los acertijos esparcidos aquí y allá significa ser cada vez más conscientes del contexto en el que nos encontramos, pero eso no es todo: estos acertijos nos permiten obtener datos microscópicos útiles para descifrar el enigma por excelencia: el final. Ante estas premisas, nuestro consejo es que te equipes con lápiz y papel, ya que sería imposible confiar única y exclusivamente en tu memoria. Incluso cuando creas que no hay otra forma de avanzar, mira a tu alrededor, revisa tus notas, improvisa. De los autores de Sayonara Wild Hearts, no podíamos evitar esperar un acompañamiento sonoro digno de mención. Mientras que en la ópera de 2019 la música fue un elemento central dentro de la experiencia, en Lorelei and the Laser Eyes el dúo sueco decidió tomar un camino completamente diferente.

8.0
Description
Lorelei and the Laser Eyes es sin duda uno de los mejores juegos de rompecabezas de esta generación. Recomendarlo a los fans de obras similares sería muy trivial, por lo que te sugerimos que dejes de lado tus prejuicios sobre el género y le des una oportunidad a una experiencia tan loca como ingeniosa para las soluciones narrativas, artísticas y metatextuales.

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