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Review. RoadCraft

Tras explorar entornos extremos en MudRunner y SnowRunner, y liderar misiones científicas en Expeditions, Saber Interactive vuelve al ruedo con RoadCraft, un simulador de obras civiles que nos pone al frente de una empresa encargada de reconstruir infraestructuras devastadas por desastres naturales. Pero aquí no se trata solo de conducir: esta vez toca planificar, organizar y ensuciarse las manos en una aventura de ingeniería y logística. La campaña se desarrolla a lo largo de ocho mapas interconectados, cada uno con sus propios desafíos y entornos. El progreso se basa en cumplir objetivos principales 285 en total y secundarios 84 más, que pueden completarse en solitario o en modo cooperativo. El juego arranca de forma sencilla: primero con reconocimiento del terreno usando un scout, luego aprendiendo a usar vehículos básicos como el camión grúa, el bulldozer y el volquete. Esta fase inicial funciona como un extenso tutorial que introduce los sistemas del juego con misiones que, aunque repetitivas, sientan las bases del proyecto.

Uno de los pilares de RoadCraft es la creación de rutas. Trazarlas es simple: basta con colocar puntos en el mapa. Pero ejecutarlas es otra historia. El terreno suele estar en condiciones lamentables, lo que obliga a reparar caminos y levantar infraestructuras desde cero. Así, mientras el camión volquete transporta arena, el bulldozer la esparce para improvisar caminos transitables, y la grúa nos ayuda a mover materiales esenciales para restaurar orillas, puentes o sistemas de drenaje. A medida que avanzamos, las misiones se vuelven más complejas. En la segunda zona aprendemos a pavimentar con asfalto, proceso que implica usar nuevas máquinas especializadas para esparcir y compactar el material. La construcción de rutas asfaltadas se vuelve clave, ya que muchas misiones dependen de que los vehículos puedan acceder a puntos remotos del mapa.

Además, se introduce la mecánica de reciclaje: recolectar materiales abandonados para procesarlos en fábricas especializadas, según el tipo (metal, caucho, etc.). También aprendemos a construir puentes desde el menú de planificación, que luego deben materializarse con recursos transportados al sitio. El juego no se queda corto en novedades: más adelante se suman tareas como restablecer redes eléctricas con ayuda de vehículos con cableado, arrancar árboles o mover objetos pesados con grúas industriales. Aunque es técnicamente posible completar la campaña en solitario unas 80 a 100 horas sin contar misiones secundarias, lo cierto es que la experiencia está pensada para jugarse en cooperativo. La carga de trabajo se acumula rápidamente, y administrar múltiples vehículos para completar una sola tarea puede volverse abrumador. Existe un vehículo especializado que permite desplegar cualquier otro en el terreno, pero hacerlo consume bidones de combustible que solo se obtienen como recompensa. En equipo, todo fluye mejor.

El enfoque realista de RoadCraft se mantiene fiel al legado de Saber Interactive. El manejo de cada vehículo exige atención al freno de mano, tracción total, bloqueo de diferencial y otros parámetros que varían según el terreno. Los veteranos de SnowRunner se sentirán como en casa, pero los novatos pueden necesitar algo de tiempo para adaptarse. Afortunadamente, el control es más accesible que en entregas anteriores y, para alivio de muchos, se eliminó el sistema de consumo de combustible: aquí no te quedarás varado por falta de gasolina. Eso sí, los obstáculos siguen presentes. El terreno cambia con el clima, y la lluvia puede arruinar rutas completas, obligándonos a reconstruir una y otra vez. El cabrestante vuelve como herramienta indispensable, aunque su uso ya no es automático: hay que elegir manualmente los puntos de anclaje. Cada vehículo tiene además herramientas propias, algunas más complejas de dominar que otras, pero con algo de práctica, cortar árboles, colocar placas de hormigón o asfaltar caminos se vuelve tan natural como gratificante.

A diferencia de entregas anteriores, los vehículos no se compran desde el inicio. En RoadCraft, se desbloquean al avanzar en las misiones principales. Se empieza con un modesto scout y se progresa hacia maquinaria más especializada. Hay una tienda para adquirir variantes y equipos adicionales usando créditos, aunque no es estrictamente necesario para completar la campaña. En total, el juego ofrece 78 vehículos repartidos en seis categorías: scouts, grúas, maquinaria especializada, cargadores forestales, camiones de carga y equipos de obras viales. En el apartado visual, RoadCraft cumple con creces. Aunque se percibe cierta repetición en los entornos, el nivel de detalle en los vehículos y el entorno dinámico es notable. El clima cambia en tiempo real, afectando tanto la estética como la jugabilidad, y la física sigue siendo uno de los puntos fuertes del estudio. El realismo no solo se ve, se siente.

9.0
Description
RoadCraft es, sin duda, el simulador más accesible de Saber Interactive hasta la fecha. Hereda lo mejor de SnowRunner y Expeditions, pero suaviza la curva de dificultad, lo que lo convierte en una excelente puerta de entrada para nuevos jugadores. Quienes buscan un desafío extremo quizá lo encuentren algo simple, pero su enfoque cooperativo, la variedad de tareas y el cuidado en el diseño lo convierten en una experiencia sólida y satisfactoria. Eso sí, para disfrutarlo al máximo, mejor con compañía.

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