Minds Beneath Us no pondrá en la piel de una persona aparentemente mediocre, desempleada y sin nada interesante a su alrededor, pero con la peculiaridad de estar poseído por una conciencia rebelde que le otorga reflejos sobrehumanos. Junto a tu conciencia original y esta inesperadamente cooperativa conciencia foránea, que se autodenomina Minds Beneath Us, trabajarás para equilibrar una lista de intereses casi imposibles, que incluyen una prometida demasiado atractiva y obsesionada con el trabajo, un proceso de entrevista extremadamente largo en una granja de desperdicio, un espectro sobrenatural con intenciones desconocidas y una red corporativa dirigida por soldados superhumanos con los que tu pareja y tú te topan sin querer.
A medida que avanza la trama, terminas trabajando junto a uno de estos super soldados, una implacable máquina de matar con principios filosóficos y su grupo de apoyo excéntrico. Paralelamente, el juegador debe aprender sobre Silencio, una granja de desperdicio que, y esto es real, genera energía empleando a personas pobres y desesperadas que se encadenan voluntariamente a una supercomputadora consciente que convierte sus ondas cerebrales en electricidad. Esto sin duda es una operación controvertida, incluso internamente, y durante el proceso de entrevista te verás atrapado en un dilema de política existencial entre los dos grupos principales de la empresa: encargados de contratar a los jugadores o juicers, personas sacrificadas para el sistema y quienes gestionan los juicers de manera tan perturbadora que preferirían ver la granja cerrada. Tus decisiones a lo largo de la historia afectarán dramáticamente la trama, los personajes y los diálogos, lo cual se destaca por su originalidad y memorabilidad.
Aunque la historia es excelente, el juego ofrece poco más. Minds Beneath Us juega principalmente como una novela visual, con algunas secuencias de eventos de acción rápida (QTE) bastante sencillas. Si fallas, simplemente te permite intentar de nuevo sin consecuencias mayores. Aparte de esto, no hay mucha interacción fuera de los eventos de combate. Sorprendentemente, el juego, que se supone trata sobre sigilo cibernético, robos y hacking, nunca te pide que hackees una computadora, desactives alarmas, manipules inteligencia artificial enemiga ni resuelvas ningún rompecabezas, lo que es bastante extraño para un juego de este tipo. Además, el juego presenta una interfaz de usuario subóptima que carece de opciones de accesibilidad básicas y hace que pasar por los miles de diálogos sea una tarea molesta. A menudo, te encontrarás atrapado en ascensores con monólogos interminables de personajes, todos dispuestos a contarte sus pensamientos más íntimos, incluso cuando acabas de comenzar a trabajar allí. Aunque los diálogos en sí son buenos, la imposibilidad de saltarlos resulta frustrante.
El mundo de Minds Beneath Us, a pesar de su premisa increíble, se limita a unas pocas localizaciones pequeñas que visitarás muchas veces, algunas de ellas siendo pisos prácticamente idénticos de la misma granja de desperdicio. La apertura del juego en su acto final es bienvenida, pero quizás llegue demasiado tarde. Minds Beneath Us presenta una mezcla interesante de personajes dibujados a mano en 2D sin rostro y entornos en 3D. Es una estética bastante única que disfruto, pero la banda sonora de sintetizadores y los efectos de sonido son bastante simples y no tan memorables.
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