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Review. KARMA: The Dark World

Disponible desde el 27 de marzo en PC y PlayStation 5 (más adelante en Xbox), KARMA: The Dark World es una intensa propuesta de horror psicológico desarrollada por POLLARD STUDIO LLC, y publicada por Wired Productions junto a Gamera Games. Esta aventura inquietante nos traslada a una distopía ambientada en Alemania del Este en 1984, donde la corporación Leviathan controla el pensamiento colectivo con puño de hierro. En medio de ese régimen opresivo, el agente Daniel McGovern se ve envuelto en una investigación mental y emocionalmente peligrosa.

En KARMA: The Dark World asumimos el papel de McGovern, un agente del Departamento del Pensamiento de Leviathan, con la capacidad de explorar no solo escenarios físicos, sino también los rincones más oscuros de la mente humana. A lo largo del juego, nos adentramos en los recuerdos y traumas de diversos sospechosos, en busca de pistas que revelen la verdad tras un misterioso profesor y los horrores que se ocultan en las sombras del subconsciente. La estructura jugable recuerda a los simuladores de caminata, pero va mucho más allá. Gran parte del tiempo lo pasaremos explorando el Instituto Wigston, tanto en su versión física como mental.

A medida que avanzamos, el juego nos propone acertijos que retan nuestra lógica y percepción: desde códigos y mecanismos hasta acertijos auditivos o visuales. Nada está puesto al azar, y resolverlos requiere atención al detalle. Además de los enigmas, tendremos enfrentamientos con enemigos enigmáticos. Aunque al inicio basta con huir, más adelante necesitaremos utilizar una cámara especial para derrotarlos. El desafío no está en la acción directa, sino en comprender su comportamiento, bloquearlos o sorprenderlos en el momento justo para capturarlos.

Uno de los elementos más llamativos son las pequeñas cajas de acertijos esparcidas por el entorno. Resolverlas correctamente nos recompensa con figuras coleccionables o pistas útiles para avanzar. Eso sí, no hay margen para el error: fallar significa volver al último punto de control. Aunque no afectan la historia principal, añaden un objetivo secundario que le da variedad a la experiencia. KARMA: The Dark World no es un juego extenso. Completarlo tomará alrededor de 5 horas, pero cada minuto está diseñado para dejar huella. No se siente apresurado, ni superficial. Por el contrario, es una experiencia condensada, intensa y bien medida.

Desde el primer momento, el apartado visual atrapa. Los escenarios están cuidadosamente diseñados para transmitir una sensación constante de inquietud y belleza decadente. Jugamos con una configuración potente, lo que nos permitió apreciar todos los detalles al máximo. Y aun así, el juego destaca por mérito propio, más allá del hardware. El diseño sonoro es otro de sus grandes aciertos. La banda sonora y los efectos se entrelazan de forma magistral con la narrativa, potenciando emociones y generando tensión en los momentos justos. Es una experiencia envolvente no solo para la vista, sino también para el oído.

8.5
Description
KARMA: The Dark World es una experiencia que impacta. Con una historia intrigante, una jugabilidad que mezcla exploración, acertijos y mecánicas originales, y un apartado artístico deslumbrante, logra diferenciarse dentro del género. Puede que su duración sea breve, pero la intensidad emocional, visual y sonora que ofrece lo convierte en un viaje inolvidable. Sin duda, una joya que todo amante del terror psicológico debería experimentar.

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