Se trata de un juego que no se ha lanzado oficialmente al mercado, tiene pocos días de vida y, por ahora, sólo se puede acceder mediante invitación. Aún así, Deadlock ya tiene a sus primeros tramposos y, como es tristemente habitual con este tipo de usuarios, su presencia en las partidas está estropeando la experiencia a buena parte de la comunidad. Valve es consciente de este problema y, aunque hay trabajo por delante en lo que respecta a su sistema antitrampas, ahora se ha implementado una mecánica curiosa que busca disuadir el uso de hacks: cuando se detecta a un cheater en una sesión de juego, los oponentes pueden convertirlo en rana y acribillarlo a balazos.
A mediados de septiembre, Valve anunció la implementación de un sistema antitrampas en Deadlock para luchar contra los tramposos que empezaban a extenderse en el juego. Ahora, un nuevo parche compartido por el desarrollador Yoshi en los foros oficiales del título indica que el equipo ha trabajado en una mecánica extra para esta tecnología: «Se ha añadido un sistema de detección Anti-Cheat inicial. Cuando se detecta que un usuario está haciendo trampas durante la sesión de juego, los oponentes podrán decidir entre banear al usuario inmediatamente y finalizar la partida o convertir al tramposo en una rana por el resto de la partida, y después banearlo».
Evidentemente, Valve es consciente de que su idea no conseguirá erradicar a todos los tramposos de Deadlock. Por ello, el equipo seguirá trabajando para mejorar la efectividad de su Anti-Cheat: «El sistema está configurado en niveles de detección conservadores mientras trabajamos en un sistema Anti-Cheat v2 que sea más extenso. Activaremos el baneo de usuarios un par de días después de que se lance la actualización. Cuando una partida termina de esta manera, los resultados no contarán para el resto de jugadores».